¿Por qué hay divorcios en el Perú?
Aunque una de las razones de ser de Madros y este blog es la celebración del matrimonio, hoy vamos a ponernos un poco graves para tocar un tema doloroso relacionado, cómo no, a la vida en pareja. ¿Por qué se divorcian las peruanas y peruanos?
Hace casi dos años atrás, el conocido diario de circulación nacional, Perú 21, publicó una nota basándose en un estudio del Instituto Familia que daba cuenta de los motivos más típicos que eran causales de divorcio en nuestro medio. La volvemos a compartir con ustedes no para que descarten la idea del matrimonio, se ceben en la soledad o alimenten más prejuicios en torno al tema, sino para que adviertan por qué caminos no se debe transitar si uno está casado o si se está pensando seriamente en hacerlo, sepan en que faltas no hay que incurrir.
La violencia, la falta de comprensión y la infidelidad son las principales causas de rompimiento, revela estudio del Instituto Familia.
Según el mencionado estudio, la primera causa de separación es la infidelidad. De hecho, casi el 18% de separaciones se debe a esta razón. No es para menos, ¿verdad?
El segundo motivo es la falta de comprensión. Es decir, esa mala química que termina en las famosas “diferencias irreconciliables”. El 21% de separaciones ocurre por esta causa. En otro estudio realizado en el 2011, la cifra era de 15%. Es decir, esta causa ha aumentado.
Otra razón poderosa: la violencia contra la mujer, entendida esta como física o psicológica. Representa el 18% de las separaciones.
¿Y la frase que dice “hasta que la muerte los separe”? Resulta que la muerte del cónyuge es poco más del 11% del total. En 2004, la cifra era 18%. De acuerdo con los voceros de Farmilia, esto se debería a la tecnología médica y a la prevención, factores que han influido en la esperanza de vida. Al menos en eso se está mejorando.
En general, la investigación de Farmilia ha encontrado que la mitad de los matrimonios no se lleva bien. Es alto. Pero, ¿qué indican estas cifras? Pues, que las parejas deben trabajar mucho para solucionar sus conflictos por las buenas.
Nada garantiza que el amor dure toda la vida, pero nada peor que los problemas deriven en violencia, infidelidad y demás consecuencias negativas. Sobre todo si hay hijos de por medio.